[:es]Enigmático y cautivante, el mural de Curiot Tlapazotl muestra una composición en la que destaca un ventanal de bulbo que funciona como una puerta al interior de un espacio tridimensional dentro del domo, en el que se despliega una fuente toroidal de vida que nace del ombligo de una figura femenina parturienta. La toroide, también conocida como curva tridimensional, genera la ilusión de ser un espacio interior, un vistazo a los secretos que la cúpula esconde. En la intimidad de la habitación construida por el artista Michoacano vemos a Chalchiuhtlicue, la deidad prehispánica de la fertilidad, el amor y el agua dulce, consorte de Tláloc, dios de las aguas atmosféricas. Ella flota sobre el aire mientras que de su vientre nacen los ríos y caudales que alimentan los lagos y los mares e inundan la habitación mostrando el amor de la naturaleza por todas las criaturas vivas. Compuesto con los colores del atardecer queretano, este mural danza desde el sur con la pieza de Paola Delfín en el norte del domo. Así tenemos a Chalchuhitlicue y Cosijo-Tláloc, vinculados de norte a sur, una cóncava y el otro convexo, en un eje creativo donde ambas metáforas prehispánicas del misterio se reúnen una vez más, luego de siglos, para hablarle al pueblo de la vida, del agua, de las raíces y de la unidad.
[:en]»Enigmatic and captivating, Curiot Tlapazotl’s mural shows a composition in which a bulbous window stands out that functions as a doorway into a three-dimensional space inside the dome, in which a toroidal fountain of life unfolds that is born from the navel of a parturient female figure. The toroid, also known as the three-dimensional curve, generates the illusion of being an interior space, a glimpse into the secrets that the dome hides. In the intimacy of the room built by the Michoacan artist we see Chalchiuhtlicue, the pre-Hispanic deity of fertility, love and fresh water, consort of Tlaloc, god of atmospheric waters. It floats on the air while from its belly are born the rivers and streams that feed the lakes and seas and flood the room showing the love of nature for all living creatures. Composed with the colors of the Keretano sunset, this mural dances from the south with the piece by Paola Delfín in the north of the dome. Thus we have Chalchuhitlicue and Cosijo-Tláloc, linked from north to south, one concave and the other convex, in a creative axis where both pre-Hispanic metaphors of mystery meet once more, after centuries, to speak to the people about life, water, roots and unity.
[:]