Por Chema Noriega.
¿Qué significa ser artista en la actualidad? ¿Qué es el arte en pleno 2018? Como en todo, la historia nos ha demostrado que la concepción del arte y lo artístico han ido evolucionando entre épocas y sociedades. Desde las pinturas rupestres en las cuevas alrededor del mundo, mismas que dieron paso a las manifestaciones artísticas que contaron la historia de las grandes civilizaciones desde China hasta Mesoamérica, pasando por el arte elitista de las monarquías europeas y el renacimiento, hasta llegar a las vanguardias del siglo XX que diversificaron y democratizaron el plano artístico a nivel mundial, asentando el camino para todas las disciplinas, técnicas y medios de expresión artística que, hoy en día, catalogamos o intentamos catalogar como arte.
¿Qué es lo que hace que todas esas formas, ritos, trazos, experiencias, manchas y sonidos se unifiquen bajo una misma palabra? A decir verdad, creo que nunca lo sabremos y, más que acercarse a un consenso, el debate sobre la definición de lo artístico se encuentra en constante expansión, de la mano de la evolución de los medios con los cuales se puede crear una pieza artística y los espacios en los que esta pueda ser exhibida o distribuida.

En estos tiempos de ambigüedad o pluralidad, dependiendo la lente con la que se mire, resulta común cuestionar al artista sobre si su obra es artística o no. Y si una obra no es arte, ¿entonces qué es? «Es lo que es. No creo que sea algo único o diferente. Solo estoy siendo yo mismo» así responde Yis Goodwin, mejor conocido como Nosego, en una entrevista con The Hufftington Post cuando le preguntan ¿por qué su arte no es arte? Nacido y formado en Filadelfia, Nosego es un artista contemporáneo multidisciplinario que abraza el arte urbano como una de las muchas plataformas en las que su obra llega al público.
Esa filosofía que le quita etiquetas a las formas de expresión y rompe las barreras que limitan la creatividad, es la que permite a Nosego inspirar a las personas con mensajes traducidos en criaturas fantásticas, que se fusionan con el devenir urbano e impactan el imaginario de las personas en un abrir y cerrar de ojos. Tras haber sido rechazado por diferentes instituciones para exhibir y seguir desarrollando su trabajo, Goodwin vio en la negativa la excusa perfecta para emanciparse de la burocracia que suele opacar el arte, para llevar su obra a los espacios en donde realmente pudiera tener un efecto en las personas: la calle.

En las composiciones de Nosego convergen diferentes elementos que dan vida a seres oníricos, compuestos de figuras y personajes que emanan de su imaginación. De acuerdo con el mismo Goodwin, estos montajes tienen su origen en la infancia, cuando las composiciones accidentadas que podían surgir al momento de juntar un juguete con otro evocaban en él una nueva posibilidad para crear y jugar. Ahora ese mismo estilo de patrones voluminosos y texturas vibrantes, que conforman personajes convertidos en ecosistemas vivos, tienen su origen en la concepción de la vida como un conjunto de momentos, memorias y lecciones que estructuran nuestra identidad; un todo que nos representa con nuestros diferentes matices y nos define como personas.

Para Nosego la vida es una colección de pequeños momentos que juntos cuentan una gran historia, con esta consigna busca que su arte lo lleve a lugares donde este conecte con diferentes personas y comunidades, atraído siempre por el misterio de no saber cuál será su próximo destino. Con la llegada de la primavera a la ciudad de Querétaro, llegará también la imaginación de Nosego, para participar en el festival internacional SeaWalls: El Agua es Una a celebrarse del 27 de marzo al 15 de abril del 2018. El Agua es Una, es una colaboración de Nueve Arte Urbano y la Fundación Pangeaseed, en conjunto con diferentes instituciones privadas y gubernamentales, que pretenden aumentar la consciencia con respecto la crisis global que se vive en torno al vital líquido, a través de las posibilidades que ofrecen el arte urbano y el muralismo. Nosego se unirá a un grupo multicultural de artistas que, con aerosoles y brochas en mano, se encargarán de traducir la historia y las problemáticas del agua, en narrativas visuales que conecten con la sociedad, al tiempo que contribuyen al cambio de mentalidad que demanda la situación actual del agua en nuestro planeta.

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